Reformas educativas del siglo xxi para un aprendizaje más profundo: Una perspectiva internacional

Existe un consenso extenso en el plano mundial sobre el doble desafío que la pandemia del Coronavirus dejará tras de sí: la mejora precisa de la calidad de la educación y las restricciones de recursos libres para financiarla. El primero de ellos supone ampliar la perspectiva de la educación, orientándolo hacia aprendizajes más profundos o competencias para el siglo XXI. El segundo, expone el de qué forma asegurar una buena utilización de los recursos educativos libres para implementar, de un modo efectivo, reformas ambiciosas en contextos de restricciones financieras. La obra, a partir de un estudio mundial comparado, presenta la experiencia de seis estados múltiples con capacidades institucionales y financieras muy diferentes, lo que permite ampliar el horizonte de la comparación. Para ello, examina: Sistemas educativos con niveles muy diferentes de gasto por estudiante; Reformas sistémicas, que han prestado una singular atención al fortalecimiento de la capacidad para enseñar los aspectos primordiales del currículo, como en Ontario (Canadá) y el Punyab (Pakistán). Reformas que han buscado desarrollar capacidades para enseñar un conjunto de competencias y destrezas bastante más extenso, como en Kenia, México, Singapur y Zimbabue. Reformas emprendidas en instantes diferentes del ciclo de implementación de las políticas, en algunos casos apenas incipientes, como Kenia y Zimbabue; en otros, como México, luchando por sobrevivir a una transición gubernamental; y todavía en otros, como Ontario, Punyab y Singapur, donde estos ciclos existen desde hace tiempo. A partir del análisis comparado de todo lo precedente, se extraen algunas lecciones sobre la puesta en práctica de reformas educativas orientadas a enseñar las competencias del siglo XXI en entornos múltiples. A la vista de los diferentes estudio, se advierte que la educación del siglo XXI sigue siendo un objetivo huidizo, abrazado de modo retorica por reformas de los sistemas educativos en múltiples fases de implementación, pero que aún no se refleja en la aplicación de estrategias capaces de estar a la altura de las expectativas generadas. El libro intenta promover el diálogo social sobre de qué manera compensar los gastos educativos que dejará tras de sí la pandemia y sobre de qué forma conseguir que, a su término, hayamos sido capaces de construir mejores sistemas educativos cerca del mundo.