Magia

Nuestro entorno nos ha llevado a una incesante búsqueda de la felicidad en la parte exterior de nuestro ser, desde un simple juguete nuevo cuando éramos pequeños hasta un carro y casa ya siendo adultos; es tanto el condicionamiento que nuestras vidas se están sintiendo vacías si no tenemos objetos materiales o un reconocimiento de la sociedad o amor, cariño y atención de parte de otros, por el hecho de que a esto nos han llevado a pensar que la felicidad nace en conseguir cosas y aceptación externa; es tanta la presión que nos puede llevar a sentirnos vacíos y desolados. Cuando consigues lo que piensas que te hace feliz, esta sensación de bienestar dura muy poco tiempo, por el hecho de que eso no es lo que verdaderamente estás buscando, eso no es tu felicidad, pero tienes que saber que si la puedes conseguir aparte de paz interior, plenitud en tus días y todo cuanto creas que es probable, tú mismo eres el que diseña tu mente y tu esencia, tu SER. Cuando llega el instante en que nos rendimos por completo delante de esta lucha interior que hemos realizado, soltando todas las creencias erróneas, recuerdos limitantes de nuestro ego y nos entregamos de lleno a una búsqueda interior, es allí donde verdaderamente hallamos una luz, la que, poco a poco, nos va a ayudar a oír a nuestra alma, dar el primer paso hacia el sendero que nos dejará conectar con nuestra propia y auténtica esencia, nuestro Dios interior, nuestra Divinidad, llegando a conocernos verdaderamente por lo que somos, redescubriendo nuestros dones, talentos y nuestra propia sanación. Te invito a leer una historia real de una persona que, como tú mismo, resolvió emprender el viaje hacia su interior. Esta historia está aquí en tu realidad por el hecho de que vibra con tu alma, la que quiere ser escuchada. Escúchate, tu esencia te quiere.