Dibujando una sonrisa

Ninguna persona llamó ni abrió la puerta al apodado «el Monstruo», pero se adentró en la familia. Quiso arrasar con todo, pero con las ganas de vivir, sentir, querer y soñar continuaron en primera línea de enfrentamiento, con su mirada y sonrisa siempre adelante. Es cierto que se llevó su cuerpo, pero no pudo con todo cuanto conformaba su persona. Su corazón y su alma siguen estando con nosotros a cada paso.Con esto no pudo.Ante ti, el relato de este enfrentamiento. María, su protagonista, releyéndolo como si de una película se tratara nos decía:«Un año salvaje, un gran elenco de personajes lo ha hecho posible, doy las gracias cada una de las escenas vividas y compartidas. Los sitios donde se desarrolla la historia han sido de dolor y mucho amor, comparecencia, cariño, luz y fe. Su banda sonora precisa en cada momento, conmovedora, al igual que los silencios y diálogos. De estas tramas se desprende la esencia de la vida y abre la mirada al mundo con unos ojos capaces de mirar diferente y apreciar lo importante: el amor a la vida, a los demás, al Otro. Me agradaría que los lectores, espectadores, salieran reforzados, con ganas de cambiar eso que necesiten, incorporando a la vida una nueva forma de mirar».Que así sea.Los beneficios de este libro van destinados totalmente para la asociación en contra de el cáncer de páncreas.