¿cómo disfrutar de mis clases?

“Ayúdame a gozar de mis clases” fueron las palabras de auxilio que Lola, una profesora de Madrid, le pronunció a Laura Duschatzky como especialista argentina en acompañamiento pedagógico a docentes. A partir de esta primera aproximación, se abrió entre ellas un intenso intercambio de correspondencia, un diálogo por medio del océano que pondría en evidencia que el camino para gozar supone delante de todo una mirada ética, leer la realidad que vivimos sin juzgarnos, para entender y aceptar lo que nos pasa y empezar así, un proceso de cambio y de desarrollo de todo nuestro potencial. A esta conversación se sumará después Blanca, otra colega española a la que mueven semejantes inquietudes: “Es en este diálogo -dirá Blanca- las chicas se construyen, se reconstruyen, se inventan y se reinventan. […] ponen sobre la pantalla del computador sus inquietudes profesionales en el que una de ellas adquiere el rol de romper imágenes prefijadas y así estalla un montón de posibilidades de volver a ver”. El sentido, el alma de esta obra es para Laura Duschatzky, considerar la enseñanza como una actividad práctica. Este libro es, en definitva, una invitación a focalizar en la vida con todos sus tonos: “Nuestros intercambios -dirá la autora- deben mirar con lo más humano, con las emociones, con nuestras fragilidades y angustias, con las potencialidades, con el amor, con la ternura”.