Aprende a quererte

¿Estás dispuesto a emprender un viaje de autodescubrimiento, cuyo destino es el amor por ti mismo y por los otros? Tal vez el camino no sea simple, pero contamos con la mejor guía posible: Daphne Rose Kingma, reconocida psicoterapeuta y creadora de abundantes libros sobre el amor. Por medio de interesantes testimonios, ejercicios funcionales y re­flexiones que charlan directamente al corazón y al alma, recorreremos con ella cuatro pasos para dejar atrás la baja autoestima: aprender a expresarse, hacer actos que contribuyan a nuestro desarrollo, despejar el espacio sensible y, al fin, encontrar un camino para llegar a la realización personal. Y al final, la gran recompensa: descubrir la gracia, la belleza y la fuerza que constituye nuestra esencia. Queremos a los otros, los animamos, les ofrecemos apoyo y consuelo, bromeamos, discutimos, lloramos con ellos… ¿Acaso no merecemos nosotros también toda esta alegría y consideración? A pesar de ello, hallamos 1000 razones para no querernos: somos demasiado gordos o demasiado flacos, lloramos con mucha facilidad o no lloramos en absoluto, somos imbéciles, no somos suficientemente buenos, lo bastante guapos, poderosos, altos, interesantes… De un modo o bien otro, nos convencemos de que no merecemos la vida que deseamos y, así, nos saboteamos a nosotros mismos y nuestras relaciones: cuando no nos queremos, no sabemos tratar a los demás y tenemos problemas en el momento de poner límites. Aprende a quererte te ofrece la ocasión de descubrir de qué forma perdiste la capacidad de amarte por el hecho de que tal vez no supieron quererte como necesitabas.  Te enseña que una parte del viaje hacia la belleza indispensable del ser humano se trata de aprender a amarse, y te muestra, paso por paso, la ruta que debes recorrer. El proceso puede parecer complejo, requiere esfuerzo y coraje, pero en el fondo no es muy complicado; es suficiente con seguir cuatro simples pasos. Pronto comenzarás a charlar, actuar y soñar en tu propio beneficio, y te convencerás, al fin, de que mereces tu propio amor. Y así, desde la tranquila aceptación y el sereno cuidado de ti mismo, serás capaz de querer a los otros con el corazón abierto.