La libertad y el amor

Todos los seres humanos tenemos sincero interés por descubrir la posibilidad de querer y ser libres. Y si en alguna ocasión imaginamos como separados el amor y la libertad, lo cierto es que siempre deseamos vivirlos inseparables. Hemos de abandonar la creencia de ser este angosto lugar circunscrito al cuerpo físico, las emociones y las ideas. Hemos de salir de ahí, si deseamos ser libres, por el hecho de que no hay otro camino hacia la libertad. Todo cuanto pienso ser me separa, me encierra en los límites que mi creencia construye y, arrinconado así por inadvertencia, me muevo fuera del amor. Solamente en la libertad florece el amor.