Aprender, sí. Pero ¿cómo? (ed. )

La vocación de la escuela es facilitar el aprendizaje. No hay duda, y todo el mundo lo acepta. Pero no es suficiente: el consenso es inútil sin el enunciado de los medios para conseguirlo. Philippe Meirieu prosigue en esta obra la reflexión iniciada en La escuela, modo de empleo, centrándose esta vez específicamente en el acto de aprender. Demanda cualquier plateamiento ilusiorio y aporta ideas con el fin de que el enseñante pueda realizar, regular y evaluar su actividad. Aborda al mismo tiempo la relación pedagógica, la racionalización educativa y las estrategias individuales del aprendizaje. Muestra de qué forma dirigir la atención hacia estas tres dimensiones, y así permite mantener el equilibrio ecológico del sistema de enseñanza. Ubicada alén del enfrentamiento entre teoría y práctica, esta obra constituye una referencia para todos los profesionales de la enseñanza.